Ciudad de Chihuahua: Para la Señora del Desierto unas palabritas

Nacía ese Nuevo Tiempo: El de Chihuahua. Hablemos de esa Aguerrida Señora, que desde la soledad se levantó para Ser.

Prevaleciendo ante la adversidad y el mundo hostil en que decidió inventarse.

(Palabritas a propósito de su aniversario fundacional)

Por Adolfo Carrillo Aguirre

Ciudad Chihuahua, A Nuestra casa común muy solariega, nos trajo aquí desde su seno de amor consumado, ese Señor, el Único dispensador y dador de vida, a esta dimensión de la carne, la sangre y las pasiones tan humanas.

Bienvenidos a chihuahua, donde vivimos, y recibimos en amor y amistad autentica, a esas las almas que se han encarnado en gente, decididas a experimentar la vida en el septentrión mexicano, llamado chihuahua.

En esta tierra del sol, todos son bienvenidos, cuando ingresan desde sus carreteras, que la conectan a todos los rumbos de la nave tierra: por el rumbo sur, desde las tierras de las Delicias; por el norte a Juaritos, lugar y longitud de frontera; desde el Oeste, con Cuauhtémoc, tierra del futuro contradictorio, que promete sueños y pesadillas al unísono y del este Aldama, con sus luminosos amaneceres.

Recordemos, imaginemos a aquella ciudad, la de chihuahua empezando a ser, que se fundó en el desierto, y se fue levantando poco a poquito, de solo unas cuantas casas, apenitas, en la forja de los tiempos.

Nacía el Tiempo de Chihuahua. Ese pueblecito del pasado, que no puede negar el origen de aventureros y exploradores, aguijoneados por la ambición del ego, siempre insatisfecho e insaciable, que nada sabe más que pedirle sin cesar -más y más- a las almas de buscadores anhelantes, de nuevas tierras y oportunidades, para no dejar de ser menos sino más y más, de manera irrefrenable, que los redima de las miserias que ven, temen y odian; impulsándoles a la desmesura de tener y arrebatar, si ello fuese preciso.

Así ese villorrio, parecería que siempre estaría condenada, a ser habitada por algunos seres desmesurados, que amplían las fronteras de lo pensable e imaginable.

Chihuahua, Contándote y –sobre todo- Cantándote, hacemos que no te mueras y la inmortalidad te invada. Eres esa Tierra y cielo, donde resuena siempre, el viento de sones, rancheras y corridos muy fiesteros.

En chihuahua, queremos bailar por noches y días, hasta que desaparezcan todas las tristezas y solo dancen las esperanzas.

Y Que no pare esa música interior, que llevamos nosotros, los chihuahuenses, aquella que liquida el dolor de cada uno, pero expandiéndose, curando de esos dolores de toda la gente nuestra.

Así, por este momento, paramos de teclear sobre Nuestra Casa Grande Regional: Chihuahua¡¡

Seguiremos Cantándole, llorándole; indignándonos cuando fuese necesario hacerlo…..

Desde la Ciudad de Chihuahua, México, al día donde Celebramos su Nacimiento este 12 de octubre del 2018.

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