Mercadotecnia política: prioridad para AMLO.
Para algunos, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido de carácter populista, es decir, la personalidad del mandatario se inclina hacia posturas de esta índole, mediante las que trata de congraciarse con la mayoría de los ciudadanos. En realidad no se encuentran equivocados quienes así catalogan al tabasqueño, pues siempre se ha caracterizado por tratar de tener a su lado al mayor número de adeptos con el objeto de recibir respaldo a sus planteamientos, detrás de los cuales, por cierto, generalmente hay actitudes de tipo radical. En virtud de que el respaldo mayoritario proviene de los sectores de la población más numerosos, resulta obvia la línea populista que el presidente decidió imponer como principio fundamental de su ejercicio de gobierno.
En verdad son escasos los resultados el presidente López Obrador durante sus 30 meses de gobierno, y tal ineficacia se puede percibir en lo que se refiere a cifras económicas, incidencia delictiva y manejo de la contingencia sanitaria derivada de la pandemia de Covid, por citar solo unos rubros. Sin embargo, también es cierto que los índices de popularidad del titular del poder ejecutivo y los resultados relativamente aceptables obtenidos por su partido, MORENA, en los comicios del año 2021, revelan que no habido un castigo electoral a la ineficacia del morenismo en el gobierno. Al menos, en varios estados de la República no se dio tal voto de castigo, a diferencia de lo ocurrido en la capital del país, donde MORENA perdió la mayoría de las alcaldías, debido al rechazo y desencanto hacia el presidente y su partido, que paulatinamente ha ido creciendo en el ánimo de los capitalinos. Es lógico suponer que entre los factores que explican la derrota morenista en la CDMX se hallan la decepción hacia el ejercicio gubernamental lopezobradorista y el colapso de la Línea 12 del Metro.
Aunque para muchos parezca ilógica la popularidad presidencial, ésta tiene su explicación y fundamento en la mercadotecnia política. Son públicas, notorias, e incluso reconocidas por propios y extraños, la habilidad e influencia con las que el presidente López Obrador maneja su imagen en los medios y marca a éstos la pauta de la agenda pública. Independientemente de su viabilidad, veracidad o importancia para el país, todo aquello que el presidente decide convertir en tema de discusión nacional adquiere tal naturaleza. Tal destreza es, sin lugar a dudas, una de las mayores virtudes y fortalezas político-electorales que Andrés Manuel López Obrador ha sabido explotar durante su carrera política. Por ello, desde que el presidente López Obrador asumió la presidencia de la nación instauró como insignia del modelo de comunicación social y política de su administración, a las conferencias de prensa coloquialmente denominadas “mañaneras”. Éstas son fundamentales en la estrategia de mercadotecnia político-electoral del mandatario